El acusado se recorrió más de 800 kilómetros para mantener un encuentro con la víctima, con quién contactó a través de un videojuego.
El detenido se ganó la confianza del menor, lo que provocó que las conversaciones se desviaran a un plano más íntimo, para presuntamente conseguir un intercambio de imágenes de carácter sexual. Se desplazó de Barcelona a Almería, en un viaje de más de 800 kilómetros, para mantener un encuentro sexual con el joven «sin importarle su minoría de edad», de la que era conocedor.
Cuando el menor denunció lo ocurrido ante la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía en Almería, a mediados de febrero, el agresor comenzó a chantajearle emocionalmente, diciéndole que le denunciaría por haberse aprovechado de una persona con discapacidad (dando a entender que tenía algún tipo de discapacidad) y a amenazarle con difundir las imágenes con el objetivo de que se replanteara quitar la denuncia, según ha desvelado este viernes la Dirección General de la Policía.
También se hizo con los contactos de la madre y el hermano de la víctima, llegando a ponerse en contacto con ellos con la misma finalidad. El análisis del teléfono móvil del menor permitió adjuntar numerosas pruebas gráficas que corroboraban su testimonio.
Cuando los agentes procedieron al registro domiciliario del detenido, localizaron numeroso material pedófilo en su ordenador, aun pendiente de analizar, por lo que no descartan la aparición de nuevas víctimas.