Una evaluación rápida de nutrición y mortalidad llevada a cabo por Médicos Sin Fronteras (MSF) revela que en el campo de Zamzam, en Darfur del Norte, se ha desencadenado una situación catastrófica desde que comenzó el conflicto en Sudán en abril de 2023. Se han superado todos los umbrales de emergencia por desnutrición y MSF pide un aumento inmediato, coordinado y rápido de la respuesta humanitaria para salvar vidas. La acción de las agencias de la ONU y las ONG internacionales ─que sólo han mantenido una presencia limitada en Darfur Norte desde que evacuaron en abril─ es imprescindible para lograrlo. Es urgente distribuir alimentos y dinero en efectivo. También son vitales la atención sanitaria y el suministro de agua y saneamiento.
Casi una cuarta parte de los niños examinados durante la evaluación estaban gravemente desnutridos, y el 7% sufría desnutrición aguda grave. Entre los niños de seis meses a dos años, las cifras eran aún más crudas: casi el 40% de este grupo de edad estaba desnutrido, y el 15% padecía desnutrición aguda grave. El umbral de emergencia para la desnutrición aguda moderada y grave combinadas (la tasa global de desnutrición aguda), que indica que hay que tomar medidas urgentes, es del 15%, lo que deja claro que en el campo de Zamzam hay una situación de emergencia grave.
El número total de muertes diarias en el campo también fue motivo de extrema alarma, con una tasa bruta de mortalidad de 2,5 por cada 10.000 personas al día, más del doble del umbral de emergencia. También se descubrió que el 40% de las mujeres embarazadas y lactantes estaban desnutridas, otro indicador de la extrema gravedad de la situación.
Para evitar más pérdidas inminentes de vidas y reducir la magnitud del sufrimiento, MSF aumentará rápidamente su respuesta en el campo para proporcionar tratamiento a los niños en estado más crítico. Sin embargo, la magnitud del desastre requiere una respuesta mucho mayor de la que MSF puede proporcionar por sí sola.
“Lo que estamos viendo en el campo de Zamzam es una situación absolutamente catastrófica”, afirma Claire Nicolet, responsable de la respuesta de emergencia de MSF en Sudán. “Calculamos que al menos un niño muere cada dos horas en el campo. Nuestra estimación actual es que mueren unos 13 niños al día. Los niños con desnutrición severa que aún no han muerto corren un alto riesgo de morir en un plazo de tres a seis semanas si no reciben tratamiento. Su estado es tratable si pueden llegar a un centro sanitario. Pero muchos no pueden”.