“Con solo 10 meses de vida, a Mathias le diagnostican una leucemia linfoblástica aguda B y su vida y la de su familia se transforma en un camino de dolor e incertidumbre lleno de ingresos en diferentes hospitales, varios trasplantes de médula, y tratamientos que no acaban de funcionar.
Esta situación de desesperación lleva a su familia a pensar que ya no hay salida para su hijo.
Meses más tarde, Mathias ingresa en el Hospital de La Paz derivado de otro centro para ser tratado con una de las terapias innovadoras que a día de hoy está teniendo resultados prometedores en este tipo de cáncer, el CAR-T tándem.
La terapia CAR-T son unas células que tienen un detector que encuentra una pegatina de un color muy concreto, y así encuentran y destruyen a los tumores con esa pegatina. Pero si los tumores se quitan esa pegatina, las CAR-T no funcionan.
El equipo del doctor Pérez utiliza una CAR-T que reconoce dos tipos de pegatina diferente, así si un tumor oculta una de ellas, los CAR-T aún pueden detectarlas por la otra pegatina. Son lo que se denomina CAR-T dual o tándem.
La gran noticia es que 2 meses después de la infusión del CAR-T tándem, Mathias está en remisión, la masa cancerígena abdominal que le causaba tanto dolor y que le estaba apagando poco a poco, desaparece totalmente y le da la oportunidad de recibir dentro de dos semanas un nuevo trasplante de médula”, relata Cris Contra el Cáncer.
La historia de Mathias no es única. Cada día, en la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas del Hospital de La Paz, se enfrentan desafíos similares con la esperanza y la determinación de ofrecer a cada niño otra oportunidad de vida.
Cada año, en nuestro país, se diagnostican 1.500 casos de cáncer infantil. Por eso es tan importante la investigación y que se siga avanzando en tratamientos y fármacos tan pioneros como este, financiado íntegramente con fondos de la fundación CRIS contra el cáncer y ha invertido más de 7,1 millones de euros desde 2018 en la Unidad CRIS de Investigación de Terapias Avanzadas de este centro, donde se han tratado más de 886 niños y niñas con enfermedades y tumores muy diversos.
“Sabemos que si nos quedamos quietos, el cáncer reaparece. Aquí tenemos una oportunidad, que la experiencia nos dice que es de unos 100 días a cuatro meses, y en ese tiempo hay que consolidarlo y realizar un segundo trasplante. Para hacerlo, no puede haber enfermedad”, explica Antonio Pérez, uno de sus oncólogos de Mathías, y director de la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas del Hospital La Paz, al diario AS.