La organización Ca-minando Fronteras presenta su análisis de los cinco primeros meses del año en el marco del trabajo del Observatorio de Derechos Humanos. Este análisis incluye un monitoreo exhaustivo de las rutas migratorias de la Frontera Occidental Euroafricana, frontera marítima y terrestre situada entre el Estado español y la franja costera del sur de Senegal hasta Argelia y recopila datos de primera mano de las cifras de personas muertas y desaparecidas en los cruces fronterizos.
Desde enero hasta finales de mayo, 33 personas han fallecido al día intentando llegar a las costas españolas. En total han fallecido 5.054 personas, de las cuales 154 eran mujeres y 50 eran niños y niñas menores de edad. El año pasado murieron 18 personas al día intentando llegar al Estado español y la cifra de este período es alarmantemente alta en comparación con el año pasado.
La ruta atlántica sigue siendo la más letal y peligrosa de todas. Esta ruta incluye las salidas desde Mauritania, Senegal y Gambia y desde las localidades de Dajla y Guelmin, con destino a las Islas Canarias. En esta ruta, han fallecido 4.808 personas, representando el 95% de todas las muertes registradas en estos primeros meses del año. Se registra un aumento importante de las salidas desde Mauritania, mientras que han descendido notablemente desde Senegal y Gambia.
“No podemos normalizar estas cifras y por eso debemos exigir a los diferentes países que pongan los protocolos de deber de socorro en el mar y la defensa del derecho a la vida por encima de las medidas de control migratorio. Y no es tan complicado, es simplemente no dejar morir a gente en las fronteras y poner todos los medios para salvar las vidas de las personas en riesgo”, señala Helena Maleno, coordinadora de la investigación.
Desde el año 2007, el Colectivo Ca-minando Fronteras cuenta con una línea telefónica de alertas, donde reciben informaciones y alertas de las personas que se encuentran en peligro en las fronteras. Toda esa información se recoge en el Observatorio de Derechos Humanos, creado en 2014, donde existe una base de datos de las alertas que se reciben de embarcaciones que están en peligro en el mar y la base de personas fallecidas y desaparecidas, construida con la información primaria de familiares y comunidades migrantes. Todas estas cifras han sido contrastadas, recogidas y analizadas en dicho Observatorio de Derechos Humanos.